Muchas empresas de energía solar tienen en su punto de visión al hidrógeno e, incluso, muchas de ellas ya tienen proyectos. Todo ello produce que las pronunciadas curvas de aprendizaje que experimenta la industria solar pueden deberse a una serie de factores, como las economías de escala y el aumento de la eficiencia. Cada punto de un gran descenso de los precios es una oportunidad para que las empresas, los inversores y los consumidores aprovechen el rápido descenso de los precios entrando en el mercado con nuevas tecnologías o materiales.
Debido a la afluencia de empresas solares, muchas de las mismas están poniendo en su eje los electrolizadores de hidrógeno. Debido al auge de este nuevo medio de almacenamiento de energía más ligero, el tema de los precios es una incógnita. No hay duda de que los precios de la energía eólica y solar han bajado en los últimos años. De hecho son más baratos que los de la mayoría de los combustibles fósiles, pero en 2018 se desplomaron aún más. El resultado ha sido una explosión del despliegue solar en toda China. Con este crecimiento llegó un aumento de la demanda de hidrógeno, lo que llevó a una oportunidad para el exceso de energía solar para complementar la red.
España, país clave para la exportación de hidrógeno verde
El potencial de energía solar en España es muy grande, más de una cuarta parte puede derivarse de la energía solar. La mayor parte del territorio español está dotado de una alta tasa de irradiación y una distribución relativamente uniforme de los rayos solares incidentes durante todo el año. Por ese motivo, el hidrógeno verde producido a partir de energías renovables sería el combustible necesario: limpio, sostenible y no contaminante.
España podría ser el país ideal para convertirse en una potencia energética capaz de generar hidrógeno verde y exportarlo a otros países. El país es desde hace tiempo líder en energías renovables, por lo que es uno de los primeros en haber desarrollado depósitos de hidrógeno para coches y autobuses.
